Un ritual silencioso de cuidado.
Las joyas, como los recuerdos, necesitan pausas. Entre el ajetreo de la vida diaria, tus piezas merecen pequeños momentos de descanso: momentos en los que no estén expuestas a perfumes, cremas ni agua. Estas amenazas invisibles apagan lentamente el brillo que antes captaba la luz con tanta facilidad.
Plata o latón bañados en oro, ambos requieren delicadeza.
Límpielas suavemente con un paño seco. Evite productos químicos agresivos y pastas de pulido: la belleza del oro reside en su brillo sutil, no en perfeccionarlo excesivamente. Con un cuidado delicado, cada joya envejecerá con gracia, conservando la huella de los momentos que vivió a su lado.
Nuestro mundo
En el estudio Atrani
Cada creación está hecha con cuidado e intención, diseñada para acompañarte en tus historias, no en tus rutinas. Para preservar su brillo, te invitamos a convertir la delicadeza en un hábito: quítate las joyas antes de bañarte, nadar o dormir; guarda cada pieza en su funda suave, lejos de la humedad y la luz solar.